domingo, 9 de marzo de 2008

Proyecto de investigación (version tutorada)

La cooperación internacional como estrategia para

el desarrollo de la sociedad civil y la democracia:

el comercio justo en las comunidades cafetaleras

de Centro América.

INTRODUCCIÓN

La creciente disparidad en la distribución de la riqueza entre las naciones y al interno de éstas entre la población, pone cada vez más en entre dicho el correcto funcionamiento del sistema económico internacional. Desde la caída del bloque socialista, se vio al sistema capitalista como el deseable para asegurar la democracia, la libertad y la prosperidad mundial.

Para muchos críticos del sistema capitalista, el planteamiento anterior no es valido. No pocos peligros se ciernen sobre la democracia y la autodeterminación de los pueblos. La aplicación de políticas neoliberales que controlan y explotan los recursos económicos de los países y en particular de los subdesarrollados han llevado a un importante numero de subpobladores a la pobreza extrema.

Son los países con una industria escasa y productores especialmente de materias primas lo que sufren las consecuencias que traen consigo la inserción de las economías débiles a la economía global donde prevalecen los intereses de los países ricos y poderosos.

Cada día más profundamente, la población mundial está implicada en las relaciones sociales determinadas por el mercado: directamente en la dinámica capital/trabajo y salario; indirectamente por mecanismos como la fijación de los precios de los productos agrícolas de exportación o de las materias primas, la deuda externa, la apertura de los mercados, la fluctuación de la moneda y la especulación financiera.

Para los críticos, los efectos de las políticas neoliberales se observan en la desarticulación del tejido social debido a la atomización generada por la pobreza y la incertidumbre, y a la exclusión de sectores crecientes de la población en un proyecto nacional de gran alcance. Además, consideran la falta de sistemas reguladores de la economía y amortizadores sociales que conlleva a cuestionar el papel del Estado, su legitimidad y su capacidad democrática.

En este contexto, como parte del debate entre ideas radicales y reformistas, los gobiernos de los Países del Primer Mundo promueven políticas poscapitalistas de “ayuda” hacia los Países del Tercero, no obstante, como vedáremos a lo largo de este investigación, los resultados obtenidos hasta ahora sean escasos.

Según una comunicación oficial[1] de la Comunidad Europea sobre el comercio justo, el instrumento de las políticas “compensativas” es la promoción de organizaciones civiles que operan en actividades de apoyo y cooperación internacional para la lucha contra la pobreza y la introducción de principios de solidaridad en las relaciones comerciales.

En particular, el “comercio justo” tiene su primera expresión internacional en la década de los sesenta (entre productores de café mexicanos y el mercado holandés) e, impulsada desde los foros de Naciones Unidas, toma auge en los años noventa. Actualmente es acogida por multitud de ONG’s (Organizaciones No Gubernamentales) internacionales que de forma ampliada están abriendo espacios para el “intercambio comercial justo” entre las naciones.

Específicamente, estas redes se han venido creando entre los países desarrollados del Norte – donde se localizan los compradores y las organizaciones vinculantes - y los países pobres del Sur – los productores - como una estrategia de desarrollo para las pequeñas comunidades rurales. La concepción central es que las prácticas de comercio justo, al poner énfasis en las responsabilidades tanto de los productores –responsabilidades ambientales y sociales -, como de los comercializadores – pago de precios justos y a tiempo - y de los consumidores – pagos social y ecológicamente sustentables -, se plantean como una alternativa a las prácticas hegemónicas de intercambio capitalista basadas en la máxima ganancia.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El comercio justo pretende tener un efecto tangible en la vida cotidiana de las comunidades a través de acciones económicas de financiación de las actividades productivas, que están vinculadas con acciones que favorezcan el desarrollo de toda la población sin exclusiones. La unión en cooperativas, la construcción de escuelas e infraestructuras, la atención hacia la calidad “sustentable” de los productos están en función del establecimiento de un tejido social solidario y democrático capaz de regularse y fortalecerse autónomamente.

La perspectiva liberal considera la expresión “Comercio Justo” una tautología, en cuanto que “comercio” implica un intercambio voluntario entre dos partes que no tendría lugar si ambos no partieran de la convicción de tener un beneficio. Sin embargo, algunos economistas sostienen que este recíproco beneficio está balanceado a favor de las grandes corporaciones transnacionales, que actuando de forma coordinada en el mercado internacional se enfrentan al productor como un único comprador con la capacidad de manipular la demanda y crear un régimen de monopsonio[2].

Aún afuera de las intenciones oficiales, los programas de apoyo sustituyen -en parte- el rol del Estado como moderador entre sociedad y mercado, y construyen una red de intereses comunitarios que está en la base de la formación de una sociedad civil.

Paradójicamente, mientras de un lado el Estado falta en su prerrogativas, del otro se fortalece una sociedad que pide más capacidad para participar en la formulaciones de políticas publicas hacia un ideal de democracia participativa.

Cabe sin embargo formular algunas interrogantes:

En las formulaciones de los programas de cooperación internacional ¿Está previsto un cambio radical de las formas de gobierno de los Países apoyados?

A través de estos programas ¿La sociedad civil puede entrar en un proceso de toma de conciencia y reivindicar un cambio total de las instituciones estatales y económicas?

Dependiendo de los distintos grados de democratización ¿Cómo influye la creación de una sociedad civil en los Países de Latinoamérica?

Deseo en por lo tanto enfocarme en los aspectos de promoción sociales que llevan a una toma de conciencia colectiva y totalmente endógena por parte de las comunidades campesinas, al fortalecimiento de la sociedad civil como condición para el reconocimiento de un pleno derecho de ciudadanía y participación política, la inclusión de los productores en las elegidas macroeconómicas y la demanda de una mayor democratización nacional.

Otro aspecto que quiero estudiar, es la validez de la alternativa del comercio justo como ideal de lucha “autolimitada”, encabezada por movimientos civiles, que intenta resolver el conflicto entre trabajo y capital de forma pacífica y que responsabiliza a los consumadores del Norte para un consumo “critico”. Además, es una operación financiaría en crecimiento: durante el 2005 en la Unión Europea el comercio justo alcanzó una facturación de 660 millones de euros. Siempre en la UE, son más de 79 mil los puntos de venta que tratan bienes solidarios. En Italia la “bolsa justa” percápita es de 35 centavos de euro. Las tiendas suman en total 5100 y los trabajadores 60 mil.

Puesto que los términos de intercambio en el mercado global, regidos por los parámetros capitalistas de búsqueda de la máxima ganancia, provocan una situación de inequidad entre el pequeño productor primario y la corporación exportadora, el comercio justo se presenta como una alternativa que busca contrarrestar los problemas de polarización, exclusión y pobreza que son generados por el “libre mercado”, poniendo el acento en la importancia de la toma de conciencia crítica por parte del consumidor de los países ricos.

En los objetivos del comercio justo está expresada la idea de intervención limitada temporalmente, es decir, ayudar y enseñar a la comunidad hasta que por si misma sea capaz de operar en el mercado global. Bajo esta concepción, los financiamientos tienen que privilegiar la formación profesional y la creación de infraestructuras.

Así mismo, en los principios de intervención también se maneja la idea de crear una alternativa permanente al mercado libre, favoreciendo la ayuda directa en forma de subsidios[3]. Mi investigación se enfocará en cómo entienden los productores esta ayuda y qué grado de libertad tienen para manejarla.

Otra cuestión expuesta es sobre la exportación de los valores éticos – como la prohibición del trabajo infantil y la democratización de las decisiones productivas – que a vez se insertan en la tradición campesina ya presente, pero que pueden no ser totalmente compartidos por las comunidades.

JUSTIFICACIÓN

De acuerdo con la Carta de Principios del Fairtrade Labelling Organizations International (FLO) [4] , el comercio justo se propone mejorar las condiciones de vida de los productores creando un sistema de mercado protegido y seguro. Además, promueve la participación colectiva y compartida de todos los miembros de la comunidad, impulsando así condiciones laborales mejores entre géneros y edades. Finalmente, en el marco de la concepción de un desarrollo integral y sostenible de las comunidades, incorpora los siguientes principios:

  • prohibición del trabajo infantil;
  • participación comunitaria y sin discriminación en las decisiones sobre el proceso productivo y de comercialización;
  • escolarización y formación profesional de los niños y jóvenes:
  • desarrollo de actividades productivas ecológicamente sustentables;
  • cooperación entre los productores;
  • creación de un mercado interno.

Para impulsar y respaldar estos propósitos las organizaciones establecen canales de comercialización alternativos a los dominantes, a través de los cuales se asegura que:

  • los compradores asumen el costo de compra a precios mínimos garantizados y determinados en acuerdo con los propios productores;
  • se establecen cuotas fijas de compra de la producción;
  • se estipulan contratos de larga duración;
  • y en algunos casos el importador concede la capacitación para el desarrollo de las técnicas de producción y prefinancia las actividades.

De este modo se intenta contrarrestar la incertidumbre de las comunidades generada por los siguientes factores:

  • los precios subvaluados que son establecidos por sujetos fuertes (multinacionales, cadenas comerciales) independientemente de los costos de producción;
  • la falta de conciencia sobre los mercados y las condiciones en los que se comercializa su producto;
  • el retrazo de los pagos por la producción, situación que favorece el endeudamiento de los sujetos que solicitan crédito para iniciar el siguiente ciclo productivo;
  • utilización de técnicas de producción intensiva que se revelan particularmente negativas para el productor y su comunidad;
  • el recurso al trabajo de población “tutelada” (mujeres embarazadas y niños);
  • y la exclusión de personas de baja productividad (ancianos, discapacitados).

Los valores declarados en los principios del comercio justo, son valores éticos universales asociados en conjunto a los ideales de ciudadanía y que fomentan la participación política incluyente para todos los sectores populares.

En los programas de apoyo, mucho énfasis es puesto en la capacitación de la comunidad para llevar a cabo su desarrollo autónomamente. El objetivo es la creación de un interés comunitario para el mantenimiento de una “justa” dirección social. ¿Cómo se puede desarrollar el interés comunitario y una conciencia nacional?

Algunos Estados usan la ayuda solidaria como parte de las políticas sociales en el país; sin embargo, las intervenciones son limitadas y no pueden abarcar la totalidad del territorio. Los gobiernos tienen que usar las propuestas para implementar políticas de verdadero alcance nacional.

HIPÓTESIS

Mi investigación quiere determinar las estrategias sociales de las políticas solidarias y su impacto sobre las comunidades productivas, así como analizar el empuje hacia la creación de una sociedad civil capaz de pedir derechos y certidumbre y valorar los ejemplos de las comunidades productivas involucradas en la cooperación internacional, para estimular políticas más amplias a nivel estatal.

¿Puede la cooperación internacional catalizar un proceso de democratización de las sociedades costarricense y panameña?

¿Las ventajas propuestas a las comunidades por el comercio justo, pueden volverse en conquistas de derechos sociales extendidos?

¿Las políticas de intervención limitada y regional de los proyectos internacionales de comercio justo, pueden transformarse en un modelo de interés nacional?

El comercio justo no pretende afrontar directamente el problema de la crisis del sistema capitalista y se pone en el campo de las medidas de atenuación del conflicto y reducción de la pobreza. Además, las soluciones llegan directamente de los mismos Países que orquestan el mercado mundial, y que están orientados más hacia políticas de compensación que de justicia.

Algunos estudiosos observan que la cooperación internacional obra sin asumir los factores estructurales de los fenómenos de explotación y opresión que sancionan las relaciones políticas, económicas y sociales. Sostienen que las ONG se consideran los portadores de una sociedad civil “angelical” que opera como válvula de escape, limitando los daños y las pulsiones autoritarias del neoliberalismo, garantizando su estabilización, su viabilidad y la gobernabilidad. (M. Modonesi, 2005)

En efecto, los abusos del sistema capitalista son denunciados, pero esto no desemboca en una critica de su lógica y, al tiempo que manifiesta el deseo de cambiar los paradigmas, resulta ineficaz a largo plazo. (F. Houtart, 2001)

Observadores más radicales denuncian el engaño de los promotores de la globalización y las organizaciones internacionales en el contratar asociaciones voluntarias (ONG) para convertirlas en sus agentes, como “socios estratégicos”, para descomprimir brotes revolucionarios en zonas rurales, a los efectos de proporcionar a los campesinos pobres y al sector popular una alternativa a los movimientos sociales (definidos por Petras come depósito de fuerzas de resistencia contrahegemónica) y sus políticas antisistémicas radicales. (J. Petras, 2005)

Seria demasiado pretender cambios de estructura radicales por las ONG’s y las organizaciones internacionales, como seria bastante ingenuo creer que la ayuda sea solo una generosa contradicción del modelo capitalista.

El balance económico todavía favorece a los dueños del mercado y el neoliberalismo fortalece sus decisiones. El sistema está cerrado a la mayoría de la población que vive en el hambre y en la pobreza.

En este escenario de emergencia, los programas de apoyo se revelan como alcance inmediato de una mejor condición de vida para las comunidades campesinas, y mi hipótesis es que, en una perspectiva futura, los estímulos empujados por la concepción solidaria del mercado sean incorporados en la formulación de un sujetó social en grado de “negociar” los derechos y la participación política con los Estados y los actores de la globalización.

MARCO TEÓRICO – METEDOLÓGICO

Partiendo de estudios de caso, quiero analizar los efectos sociales y económicos del comercio justo sobre determinadas comunidades campesinas de productores que participan en algún modo en los programas del comercio justo.

Deseo formularme una serie de interrogantes que pueden servir a dirigir la investigación hacia un resultado concreto:

  • ¿Cómo opera el comercio justo en el contexto del sistema económico neoliberal?
  • ¿Puede consolidarse el comercio justo como una alternativa al mercado dominado por las corporaciones transnacionales?
  • ¿Qué objetivos sociales y económicos busca alcanzar el comercio justo?
  • ¿Cuáles son los mecanismos de financiamiento de las actividades de cooperación?
  • ¿Qué beneficios reciben las comunidades que participan en las actividades del comercio justo?
  • ¿Qué valores éticos comparten con las organizaciones “justas”?
  • ¿Cómo manejan los financiamientos recibidos? ¿Cómo se modifican las relaciones de producción y la distribución de los ingresos?

Objetivos particulares

· Analizar la estrategia económica del comercio justo. Los mecanismos mediante los cuales opera y afirma su capacidad de sobrevivencia, adaptación y desarrollo en antitesis al sistema capitalista neoliberal.

  • Valorar la posibilidad de afirmación y consolidación del comercio justo como una alternativa viable para los pequeños productores frente a las grandes corporaciones.
  • Investigar si los resultados sociales y económicos en las comunidades que participan del comercio justo cubren las expectativas iniciales y permiten proyectar objetivos ampliados para el futuro.
  • Establecer cuáles son las formas de financiamiento de las actividades de las organizaciones; qué proporciones se destinan a su propia sustentación; cuáles son los entes gubernamentales interesados en apoyar la cooperación internacional y cómo vinculan los presupuestos otorgados.
  • Definir qué beneficios reciben las comunidades productivas: financiamientos a largo y corto termino, infraestructuras (carreteras, escuelas, instrumentos), sociales y estratégicos (aprendizaje de nuevas formas organizativas, técnicas productivas y comerciales).
  • Observar cómo las comunidades reciben los valores éticos importados y propuestos por las asociaciones europeas: cuáles son aceptados o rechazados y por qué.
  • Analizar cómo se modifican las estructuras productivas y la redistribución del ingreso en las comunidades: cómo se utilizan las inversiones solidarias; cómo se forman los organismos que manejan el dinero; cómo se aplican los criterios de participación colectiva en la toma de decisiones y que tanto son compartidas entre los miembros de la comunidad; cómo es programada la producción entre los trabajadores; cuáles productos se eligen y cómo se determinan los precios.

Mi investigación tomará en consideración el periodo a partir del 1990, y se enfocará sobretodo en las comunidades productora de café – exportación principal de los estado cafeteros y producto emblemático del comercio justo – que trabajan en cooperativas.

Estoy en la etapa de definir con precisión los lugares en que voy a trabajar, pero es mi intención confrontar dos comunidades de Centro América que se diferencien notablemente por su problemática social y por su contexto con el objetivo de evaluar los diferentes resultados que genera las prácticas de comercio justo como modelo de desarrollo: una comunidad de Costa Rica – nación que desde mucho tiempo conoce estabilidad democrática - y una de Guatemala –que ha concluido un largo periodo de guerra-.

Parte esencial de mi investigación será la observación en situ de la vida en las comunidades campesinas que participan en el comercio justo y la recolección de materiales y testimonios del desarrollo de la vida civil.

Retomando que mi interés es narrar la historia desde el punto de vista de los protagonistas, parte importante de mi investigación son entrevistas de tipo cualitativo: que se efectuarán entre las personas ligadas al mundo de la producción y de la cooperación que han tenido experiencias directas con el tema de mi investigación.

Se prevé un numero mínimo de treinta entrevistas que serán grabadas, trascritas y, cuando sea necesario, traducidas. En el plano general de la investigación no se omitirán experiencias importantes de otras personas que no fueran contempladas originalmente.

La investigación tomará en examen datos de tipo cuantitativos -estadísticas económicas y sociales– y revisará la legislación vigente en Europa y en Centro América en materia de economía y cooperación.

Además, puedo revisar toda la amplia bibliografía, hemerografía y fuentes electrónicas, audiovisuales y fotográficas ya existente.


[1] Comunicación de la Commissione al Consiglio, del 29 de nov. 1999, sobre el “commercio equo e solidale”

[2] Monopsonio es definido como un mercado en el que opera un único comprador, lo cual permite que éste influya el precio que debe pagar por la cantidad de bienes intercambiados en el mercado, reduciendo de ipso el poder de negociación de los productores para el establecimiento del precio.

[3] Es interesante el contraste entre la solidariedad de origen anglo-sajona – donde la ayuda está enfocada a la inserción del individuo en la sociedad de la cual está momentáneamente excluido y la solidaridad de origen católica – de forma más caritativa, donde la ayuda es entendida como una protección contra la sociedad - .

[4] La FLO establecida en 1997, es una asociación de 20 Iniciativas de Sello que promocionan la certificación y el consumo de productos en sus respectivos países.